Una investigación iniciada casi por azar terminó con el desmantelamiento de una banda que lucraba con celulares robados en el corazón del Barrio 31. La Policía Federal Argentina, bajo supervisión del Ministerio de Seguridad, detuvo a tres personas de nacionalidad paraguaya e incautó más de 240 dispositivos, entre teléfonos, partes, herramientas y repuestos electrónicos.

La pista surgió en julio del año pasado, cuando agentes de la Comisaría Terminal de Ómnibus detectaron una encomienda sospechosa en Retiro. Dentro de un parlante camuflado aparecieron 19 celulares usados, 15 de ellos con pedido de secuestro por robo. Fue el puntapié para una investigación que terminó revelando una red que operaba con total impunidad en un local del Barrio 31.

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Allí, bajo la fachada de un comercio que ofrecía reparación de móviles, liberación de equipos y venta de accesorios, se escondía un engranaje aceitado de delitos vinculados a la comercialización de aparatos robados. “Había un flujo constante de clientes y un movimiento inusual de teléfonos adulterados”, confirmaron fuentes de la investigación. La maniobra incluía el desbloqueo de IMEIs, el reemplazo de carcasas y la inserción de nuevas tarjetas SIM, muchas veces vendidas en el mismo lugar.

Con el avance de las tareas de inteligencia y la intervención del Juzgado Nacional en lo Criminal y Correccional Federal N° 3, a cargo de Daniel Rafecas, se ordenaron los allanamientos. El golpe final llegó con el arresto de uno de los cabecillas en pleno funcionamiento del local. En el lugar se encontraron 95 teléfonos en proceso de reparación o desarme, más de 150 equipos en mal estado y una variedad de piezas electrónicas listas para ser reutilizadas.

Los detenidos enfrentan cargos por violación a la Ley 25.891 de Servicios de Comunicaciones Móviles. “Estamos ante una organización que formaba parte del eslabón final del robo de celulares, dando salida a dispositivos que luego volvían al mercado como si fueran legítimos”, señalaron desde el Ministerio de Seguridad.

Mientras continúa el análisis de los elementos secuestrados, los investigadores no descartan nuevas detenciones. El negocio de los celulares robados, según explican en las fuerzas de seguridad, es hoy uno de los circuitos delictivos más lucrativos en las grandes ciudades.