Juan Grabois fue liberado en la madrugada del domingo tras pasar doce horas detenido por participar en la ocupación del Instituto Juan Domingo Perón, cerrado recientemente por el Gobierno de Javier Milei. La acción, calificada como una “permanencia pacífica”, fue impulsada por referentes del Frente Patria Grande junto a diputados como Itai Hagman y Natalia Zaracho, en protesta por lo que consideran un intento de borrar la memoria histórica del movimiento nacional.

“No tengo una imputación específica. Hay una imputación genérica que le hacen a un número indeterminado de personas por la intrusión de un lugar”, explicó Grabois tras su liberación. El edificio, ubicado en Austria 2601, en el barrio porteño de Recoleta, funcionaba como museo y centro de estudios históricos hasta que fue clausurado por decisión del Gobierno nacional, que justificó la medida por motivos presupuestarios.

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La ocupación comenzó el sábado alrededor de las 14, cuando un grupo de unas 50 personas ingresó al Instituto a través del café “Un café con Perón”. Desde los balcones del edificio, desplegaron pancartas con leyendas como “Si no podés elegir, no hay democracia” y “Defendamos nuestra historia”. En redes sociales, Grabois escribió: “Hace minutos la juventud del movimiento nacional recuperó del odio gorila la antigua residencia de Perón y Evita donde funcionaba el instituto de estudios Juan Domingo Perón disuelto ilegalmente por el régimen de Milei”.

El operativo de desalojo se llevó a cabo cerca de las 17. La Policía Federal ingresó al edificio, desalojó a los manifestantes y detuvo a Grabois en la vereda, en medio de forcejeos, golpes y gas pimienta. Desde el camión de detención, el dirigente publicó una imagen en X con un mensaje directo al Presidente: “Meteme preso Milei, pero la bandera argentina no me la sacás”.

Ya en libertad, Grabois arremetió contra la ministra de Seguridad, Patricia Bullrich, y denunció las condiciones en las que fue retenido. “Le agradezco mucho a Patricia Bullrich la posibilidad de esta experiencia de lo que pasa en una alcaldía. La forma en la que trabaja el personal de seguridad es inhumana. Trabajan en oficinas vetustas, sin calefacción, llenas de ratas. Estoy hablando de personal policial, no de los internos, que no los vi. No tienen sistema, es todo manual, computadoras del año 84”. También advirtió que, si alguna vez llega a la presidencia, “va a cambiar esas condiciones denigrantes”.

Durante la noche del sábado y madrugada del domingo, decenas de personas se acercaron a la sede de la Superintendencia de Investigaciones Federales en Villa Riachuelo para exigir su liberación. Estuvieron presentes figuras como Horacio Pietragalla, Leandro Santoro, Luana Volnovich, Daniel Catalano, y periodistas como Ángela Lerena y Alejandro Bercovich. “Están bien de salud, los pudimos ver”, dijo el abogado del dirigente, pero denunció que “estuvieron muchísimo tiempo adentro del camión, con condiciones de detención complejas”. Además, sostuvo que se trató de “casi una privación ilegítima de la libertad” y que “no hay ninguna prueba de lo que dice la ministra Patricia Bullrich. Hay una vocación política de atacar a Juan Grabois”.

Bullrich, por su parte, defendió el operativo y celebró el desalojo: “Recuperamos un edificio tomado por militantes que se creían dueños del Estado. Se terminó el vale todo. Estamos haciendo lo que ningún gobierno hizo: detener al piquetero que promueve y ejecuta las usurpaciones”. Según el jefe de la Policía Federal, Luis Alejandro Rolle, durante la ocupación hubo daños materiales, cuatro agentes resultaron heridos, y los manifestantes “violentaron una puerta” y retuvieron a personal policial “contra su voluntad”.

Desde el Gobierno aseguran que el Instituto Perón será reconvertido en una biblioteca para personas con discapacidad, y que el café pasará a ser un emprendimiento para jóvenes neurodivergentes. El vocero presidencial, Manuel Adorni, afirmó que el cierre responde a la necesidad de reducir gastos. Sin embargo, el PJ denunció una “persecución ideológica” y pidió que se les transfiera la gestión del edificio para mantener su actividad sin financiamiento estatal.

“Este era un lugar de referencia para gente de todas las ideologías y venían muchas personas de afuera”, lamentó Grabois. Y advirtió: “Vamos a seguir defendiendo la memoria histórica y resistiendo la actitud dictatorial del gobierno de Milei, particularmente Patricia Bullrich, que es una mujer muy perversa”.