ACTUALIDAD
16 de junio de 2025
El salario real profundiza su caída en abril y pone en jaque el relato oficial de recuperación

Los sueldos registrados del sector privado sumaron su tercera baja consecutiva. Con empleo formal en retroceso y paritarias congeladas, la recuperación salarial se aleja.
Mientras el Gobierno celebra una inflación en descenso, el deterioro de los ingresos reales sigue su marcha. Según datos oficiales de la Secretaría de Trabajo, en abril los salarios del sector privado registrado cayeron un 1,6% respecto de marzo, marcando la tercera baja consecutiva y consolidando una tendencia que pulveriza lo poco recuperado desde fines de 2023.
Los números surgen del informe de empleo registrado del Ministerio de Capital Humano, que también había informado en marzo una caída del 2,5% en los salarios reales, la mayor desde diciembre. En paralelo, ese mismo mes el empleo formal privado cayó un 0,1%, revelando una doble presión: menos puestos y peores sueldos.
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Según analistas del Centro CIFRA-CTA, parte de este deterioro responde a la política oficial de fijar techos salariales del 1% mensual, lo que llevó a postergar o desactivar acuerdos clave como el del gremio de Comercio. “La reducción del salario real desde febrero está directamente vinculada al acuerdo con el FMI y la corrida cambiaria previa”, señaló Pablo Manzanelli, economista de CIFRA.
Si bien algunos sindicatos, como los aceiteros o la UOM, lograron quebrar ese límite, la mayoría se vio obligada a convalidar subas por debajo de la inflación. Esta represión salarial, admiten incluso voces del oficialismo, es uno de los pilares del programa antiinflacionario. Pero la contracara es evidente: menos ingresos, menor consumo y una economía que se enfría desde abajo.
“El salario real podrá estabilizarse, pero no hay margen para una recuperación significativa”, advirtió Luis Campos, del Observatorio del Derecho Social. Manzanelli fue más tajante: “Sin ingresos que empujen el consumo, el freno inflacionario actual no es sostenible”.
Así, el modelo de ajuste impulsado por Javier Milei comienza a mostrar sus límites: baja en los precios, sí, pero con un costo social creciente que se refleja en bolsillos vacíos, empleo estancado y una recuperación que, para millones, sigue sin aparecer.